Te cuento qué aprendí, a las buenas y a las malas, en mi primer año independiente a nivel profesional.
Este no es un post de redes sociales, marketing online y comercio electrónico, pero entiendo que puede interesarle a cualquiera que trabaje en eso. Además, este es mi blog, y aquí entiendo puedo publicar mis asuntos profesionales, en lo que los clasistas de LinkedIn me dan acceso al longposting.
Si bien tengo más de 3 años con Dale a la Web, y más de 2 haciendo consultorías en marketing y negocios online, duré mucho tiempo llevando a cabo esas tareas en paralelo con un empleo. Era cansón, si, disfrutaba de poco tiempo, también, pero era seguro, y cada quince días disfrutaba de un ingreso constante, en adición a lo que podía entrar por Dalealaweb.
Pero de eso, ya hace un año. Y en este tiempo manteniéndome 100% como consultor independiente, he vivido y aprendido bastante, de un grupo de cosas para lo cual la vida profesional “segura”, no te prepara. Debajo te resumo en 10 breves, lo que aprendí en este primer año como independiente:
1 – El empujón a la piscina
Así me sentí yo, cuando me vi no-empleado. Tenía meses pensándolo, deseándolo, detestando mi situación laboral…y luego barajando la idea. Es que hay decisiones que prefieres postergar mientras la situación no se ve muy clara.
En mi caso, trabajaba en una empresa con una carnic… reducción anunciada de nómina, con ningún plan para mí, y con un estancamiento récord en mi ascenso profesional. En paralelo, cada vez mis compromisos en Dalealaweb me demandaban más tiempo, pero todavía no veía que eran proyectos suficientes, como para dedicarme 100%. “Falta mercado todavía” decía yo.
Había visto ya a muchos renunciar, para luego “irse de boca” o estrellarse por años, con proyectos independientes que no funcionaban. Me aterraba eso, más aún siendo cabeza de familia. ¿Realmente debía esperar, a asegurar una cantidad mayor de proyectos como independiente? Tal vez. Pero seguro que no hubiera llegado al nivel de proyectos que tengo ahora, si hoy tuviera 0 meses como 100% independiente.
Yo recibí el equivalente a un empujón a la piscina: sabes que puede pasar, pero no te lo esperas, y no quieres que te sorprendan con eso. Que me sacaran de una nómina me obligó a poner mi rol de consultor como plan A, pero no es que haya sido decisión mía.
2 – El retorno al empleo como tal
Sería un hipócrita si escribo que luego de estar como independiente, no quise volver a emplearme. Pero de nuevo, otro había decidido por mí. Realmente me reuní o entrevisté para 3-4 oportunidades de empleos: algunas entrevistas concretas, otras para ideas sin aterrizar. Aún deseando la estabilidad de un empleo, ya sabía lo que debía exigir para mantener con cierto nivel, mis compromisos con Dalealaweb.
Esto último llegó a ser un bloqueo para una de las oportunidades de empleo, y para los demás, realmente el mercado laboral se encargó de hacer la decisión más fácil: había poco atractivo en todo lo que ofrecían. Por lo que si bien, el primer instinto de alguien que se vuelve independiente por obligación, es de procurar el retorno al empleo, ese mismo instinto te lleva a exigir mejores cosas.
Creo que igual es saludable, que un recién independiente, con dudas, haga la “diligencia” de aspirar a un empleo. Al menos a mí me sirvió, para valorar lo que había construido, y decidir esforzarme para llevar mi rol como independiente “al otro lado”. Estaba más cerca de ser independiente satisfecho, que de ser empleado conforme, pero eso lo aprendí, procurando el retorno al empleo.
3 – El enfoque
Mientras andaba de picaflor con los empleos, y claro, igual desarrollando la consultoría independiente, un día me encontré en el gimnasio con un amigo. Horario de las 11 am (cuando van / vamos los magnates, independientes, sin oficios o mantenidos). Le expliqué mi perspectiva profesional, y entre muchas cosas que hablamos sobre el beneficio de ser independiente, recuerdo que me quedó un consejo principal: hasta que no te enfoques, las cosas no irán caminando a tu favor. Y confieso que lo entendí, pero no lo asimilé, no de inmediato. Tal vez tuvo que ver, que ese amigo, tiene toda la filosofía y la pasión, del que le ha ido bien con un multinivel. Claro, yo tomo lo bueno siempre, pero con distancia.
El punto es que ahora, entiendo que cuando respiras, piensas, actúas, inspiras y vives como independiente, toda tu entorno y lo que te sucede en la vida, se alinea a eso. Con el enfoque ya tengo bien claro lo que quiero hacer hoy, y mañana y el mes que viene. En mi cabeza no ocupa espacio algo distinto a ser independiente, lo que quiere decir que trabajo de manera más eficiente.
El enfoque me permite a mí decidir más efectiva y eficazmente, qué tipo de proyectos voy a trabajar. Hace poco me propusieron un trabajo de publicidad online, por solo 15 días, bien de temporada. Lo consideré y acepté. Pero luego, me bajaron el trabajo a 10 días, luego a 7, y finalmente a 4. Naturalmente decliné trabajarlo, no me resultaba eficiente. Mi enfoque fue recompensado cuando el cliente luego decidió trabajar por 45 días.
Y así ha sido con otras cosas, saber a qué decirle que si, y en qué, quedarse sin participar. Mientras tengo mi enfoque de independiente y de que yo controlo hacia donde voy, y no lo que el otro piensa, sé que puedo lograr mejores cosas.
4 – El tiempo…o la carencia del mismo cuando eres independiente
El que piensa que trabaja menos cuando se es independiente, o al menos cuando se inicia, que se baje de esa nube. Independientemente de tu nivel de ambición (financiera, profesional o de puro ego), vas a querer trabajar siempre en tu proyecto. Vas a querer madurar rápido tu estatus de independiente, para disfrutar del oasis de la vida relajada que soñabas antes de dar el salto.
Llegué a trabajar horas y horas, y solamente en trabajos (consultorías o capacitaciones), a tal punto que desaceleré por mucho, mi ritmo editorial en este blog. Trabajaba tanto, que no entendía por qué sentía que hacía tan poco con tanto tiempo. No me lo explicaba, aún cuando trabajé 3 años tomando tiempos y analizando carga operativa en un banco. Caí en un estado de tanto trabajo, que me tuve que buscar una explicación no racional a esa pregunta.
Luego de varios domingos de visita a mi mamá, en los que siempre me veía “entretenido” con la computadora, ella no se aguantó y me preguntó: “Carlos, ¿y tú estás siempre jugando o en serio estás trabajando?”. Y le respondí con mi conclusión: “Cuando eres empleado, trabajes mucho o poco, recibes el mismo dinero; cuando eres independiente, trabajas poco, te quedas sin comer, trabajas mucho, puedes comenzar a soñar que vivirás muy bien”.
Con eso, y luego de muchos meses malgastando mi tiempo, aprendí que tenía un problema gravísimo de enfoque para completar tareas. Claro, trabajar con cosas de internet no ayuda a eso. Estar empleado te asegura una estructura de manejo de tiempo: lo que no acabé hoy en el trabajo, lo completo mañana. El empleo dicta claramente cuándo puedo hacer cosas de tiempo libre, no yo.
Por eso, cuando eres independiente, debes valorar mucho más tu tiempo, y tratar de mantener un enfoque. Algunos usan la técnica Pomodoro, yo simplemente trato de no mirar Twitter, Gmail y Whatsapp cuando quiero acabar algo rápido. Aparte, está el tema de disfrutar tu tiempo, como no lo puede hacer un empleado, y el deseo de crear un mejor horario de trabajo, pero al menos, eso es algo que todavía no aprendo a superar en estos 12 meses.
5 – La salud
Otra de las cosas que aprendí en este primer año como independiente, es que aparte de tu tiempo, tu salud es un activo que ahora cobra mucho más valor. Si bien ahora no tienes que pedir excusas ni conseguir un certificado del doctor para poder descansar si enfermas, pero para ti, un día en cama o inactivo, es un día sin ingresos.
Y cuando estás trabajando más tiempo, estás forzando tu cuerpo aún más que cuando eras empleado. Creo que en este primer año solamente una vez enfermé a tal punto, que tuve que pedir prórroga en algo, pero para mí no fue la situación ideal. Lo interesante es que siendo empleado no recuerdo que esto haya pasado: es que es tan normal que el empleado se enferma (o eso dice), y que ni modo, hay que esperar que regrese.
También, cuando eres independiente, lo quieras o no, proyectas una imagen. Mantenerte en salud te ayudará a mantener esa buena imagen.
6 – Sobre la informalidad de la gente
Si algo le reconozco al trabajo que se hace entre empleados (exceptuando mayoría de entidades de gobierno), es que la gente tarde o temprano cumple con sus requerimientos, o al menos con una respuesta. Hay algo de seriedad en ese sentido.
Lo que no entiendo es como, a nivel independiente, te encuentras con una carretilla de gente, sin educación o sin consideración, que simplemente, no les da la gana de responder a algo que originalmente ellos pidieron. Me explico: aquellas personas, con los que ha tratado un posible proyecto, y luego, no te responden… nunca responden, mejor dicho.
Es el tipo de personas para lo cual, lo más fácil es pedir una propuesta, y lo más difícil, es responder que no la va a contratar. No entiendo qué tipo de educación tiene ese grupo de personas, pero lamentablemente, en este primer año, me encontré con muchos así: para consultorías, para cursos abiertos e inhouse. Con la experiencia, aprendí a cómo tratar a los requerimientos para evitar que gente así me haga perder el tiempo, pero confieso que me tomó muchos meses y muchos correos de seguimiento en vano, llegar ahí.
Lamentablemente, en algunos casos, los que no respondían correos ya tenían el estatus de “clientes”o “asesorados”, lo que me llevó al siguiente aprendizaje.
7 – La planificación financiera, vital para un independiente
La humildad estorba si me quiero dar a entender en este punto: considero que estoy muy por encima del promedio en temas de finanzas personales y planificación. Yo SI creo en las tarjetas de crédito y en que la puedes usar sin tener que pagar interés. Si sabes lo que ingresas, y lo que has ahorrado, siempre podrás gastar con tranquilidad, hasta el límite que hayas fijado.
Pero una cosa es hacer eso, cuando tienes un ingreso constante cada 15 días, y otra, hacerlo si no sabes cuándo te van a pagar. En mis primeros meses como independiente, básicamente tuve que vivir del colchón que había creado con ahorros, con dinero de mi ex-empleo, y con las consultorías independientes, a un nivel por madurar. Aún cuando ya había desarrollado algo, mucho más que la mayoría de los que dejan de disfrutar un salario, los numeritos no me cuadraban.
Pero con el tiempo, y los trabajos, y los proyectos que nunca se confirman, y peor, clientes que no pagan cuando acuerdan hacerlo, aprendí que el independiente trabaja más con riesgos y planificación, de la siguiente manera:
- Siempre debes definir un nivel mínimo de gastos mensuales, para mantener tu vida y la de los tuyos.
- Si tienes costos de operación, vas más forzado, debes agregar esa constante. Este no es mi caso, al no tener local de oficina (¿eso para qué?), empleados ni inventario.
- Encima del esquema de gastos mensuales, debes preparar otro variable para ingresos. Antes, como empleado, era sencillo: sumar 2 quincenas. Ahora, debes anticipar lo que en teoría vas a ingresar, según el compromiso de cada cliente o proyecto.
- El dinero que estimas a principio de cada mes, nunca es igual al que ingresas al final del mismo. En general esto es muy variable, y puedes tener un muy buen mes, seguido de otro con muy pocos ingresos (aunque en ambos hayas trabajado igual).
- No debe sorprender que algunos pagos se hagan 3-4 meses luego de cuando lo habías pautado. Que ya esos no sabes ni en qué mes vas anticipar su entrada a tu cuenta.
- Prepara un colchón o nivel mínimo que debes ingresar mes tras mes, para cubrir tus gastos. Luego, un extra para poder invertir, en cosas extraordinarias (como gastos del hogar, impuestos o educación) y luego, para invertir o disfrutar en ti.
El objetivo, en general, es tratar siempre, que al final de cada mes, ya hayas ingresado lo que necesitas para el mes siguiente, en lugar de ingresar lo que vas gastando y cargando la tarjeta de crédito. Lo que es más, yo aspiro a tener 3 meses de colchón, para poder bajar un poco el ritmo de trabajo y estar más tranquilo. Así, si pasa algo que me inhabilita para trabajar, pierdo el desarrollo de mi negocio por un tiempo, pero nunca dejo de cumplir con los míos.
Con este primer año aprendí que el ser independiente te demanda nuevas habilidades y mayor atención a tus finanzas. No me imagino cómo se harán los otros, pero también asumo que cada quien encuentra su manera para sobrevivir. Si no la encuentran, sugiero que aprendan de finanzas personales o para emprendedores, con Argentarium.
8 – A veces tienes que exportar (te)
Al mantener mi enfoque en ser independiente, pude sentirme más cómodo en mis tareas de consultor, de docente y de blogger. Y eso, la gente lo nota. Y no solo en tu mercado principal, también fuera de tu país eso vale.
Y es que con esta nueva vida de independiente, puede exportar mi trabajo con mayor facilidad y confianza, y lo mejor, pude validar que tengo un producto de calidad para otros mercados. Aprendí que si te dedicas y te destacas, y te expones en algo global como el internet, podrás posicionar lo que haces y recibir demanda fuera de tu país.
En mi caso en este primer año, participé en varios cursos y eventos a nivel internacional, así como analicé y trabajé con clientes en otros países (distinto a Dominicana). Naturalmente, no es fácil el trabajo remoto u ofrecerte como docente agregando boletos aéreos y hospedaje a los costos, pero es algo que hay que ir trabajando. En algunos casos, honestamente, he hecho trabajos de cierto nivel, que solo me lo han contratado a nivel internacional. O sea, que exportarme, es una gran manera de seguir creciendo.
Para mí, el yo poder ofrecer a nivel internacional mi trabajo me asegura, no solo que puedo abrir mis opciones de proyectos y clientes que puedo asesorar, pero también, otras dos cosas: primero, que puedo salir de mi país y mantener mi trabajo y sus ingresos, y segundo, que si desarrollo un esquema de trabajo internacional, puedo vivir fuera y seguir teniendo clientes en mi mercado nativo. Esto último, por un tema familiar, me da cierta confianza a largo plazo.
9 – Las cosas van madurando y tomando su forma
No sé que ha pasado, ni siquiera el Google Analytics me lo explica: pero la gente que ahora entra aquí y me contacta, o quien me busca en general, me pide proyectos más serios, que los que recibía en mi bandeja, a principios de este año como independiente.
Realmente me frustraba que solo llegaban esos correos de clientes tipo del punto 6 de arriba, y muy pocos proyectos con “sustancia” real. Tal vez lo que faltaba era actualizar mi sección de consultorías (me tomé 10 meses en finalmente subirla, todavía pienso optimizarla), o tal vez faltaba que las personas adecuadas me conocieran y me refirieran, pero bueno, los requerimiento ahora son muchos mejores. Ahora no tengo que convencer mucho a cada potencial cliente, del proyecto que podemos implementar, pero antes, todo se lo encontraban muy intangible o pedían cosas que no aprovechaban mis habilidades.
Siento que ahora si puedo trabajar, solamente proyectos más asociados a mi perfil, que aunque son muy de nicho, tienen mayor chance de ser contratados. A veces un independiente lo que le hace falta es eso, tiempo para ver cómo las cosas con su trabajo, su oferta, su mercado, encajan mejor.
10 – La clave para mi marketing: personal branding, buenas relaciones, SEO y el mejor nivel de trabajo
Ya para terminar, lo que más he disfrutado de aprender en este primer año, es cómo 4 cosas se combinan y funcionan a mi favor, para un mejor marketing de mis servicios de consultoría / docencia:
- El Personal Branding: si ya alguien piensa bien de ti, y que te especializaste en algo, la promoción de marca personal ayudará a afianzar ese sentimiento. Con más personal branding, logras mejor imagen y mayor top of mind entre los que te siguen y se relacionan contigo. Y cuando esa persona, tenga una oportunidad, pensará en ti.
- El poder de los buenos contactos: El personal branding mayormente es una comunicación de una sola vía, pero lo que realmente te hará crecer, es cómo te relacionas con los demás. No importa su personal branding, su Klout, su total de followers. Ese impacto que tienes con las personas cuando eres tú, reflejando o no tu marca personal, es la clave para seguir desarrollando audiencia y tener personas que luego te pueden referir. A nivel internacional, disfruto mucho hacer esto, y he visto su retorno.
- El SEO: disfruto de muy buen posicionamiento en los buscadores online, para los servicios que ofrezco, siendo en algunos casos, el único que aparece indexado, aún cuando otros proveedores ofrecen el servicio. Queriendo decir, que el que no llega porque alguien me refirió, llega porque me buscó en Google. Y con eso, saliendo de primero en Google, le comienzo a demostrar que puedo ser una buena opción.
- El apoyo en el trabajo del bueno: para que el no te conoce, no te sigue, hable bien de tí, tiene que haber tenido una buena experiencia contigo. Y para eso, debes asegurarte de brindar el mejor trabajo posible. He aprendido que una cosa es que te conozcan, y otra, de mayor valor, es que te recomienden. Si lo haces bien, siempre tendrás ese recurso a tu favor.
En resumen, aprendí que estos 4 elementos se conjugan para que el marketing de un consultor y docente (al menos en temas de online), sea de buen nivel y trabaje con excelentes resultados. Ya sea que me recomienden, o que entren por un buscador online, y vean que otros me recomiendan, me pone en una posición de ventaja, ya que mi calidad habló primero por mí.
Y bueno, estas fueron las 10 cosas principales que yo aprendí, en este, mi primer año 100% como independiente. Las que tenían que ver con finanzas, enfoque y educación de clientes fueron las del aprendizaje más pesado, pero me siento contento porque pude sobrevivir a ellas. Ciertamente no hubiera llegado a este punto como independiente, si no hubiera tenido primero 10 años como empleado. Otros tal vez necesiten menos tiempo, o más años de empleo.
O tal vez, les funcione mejor destacarse en un empleo durante su carrera profesional. A esas personas solo le exhorto a que desarrollen en la medida de lo posible, un plan B. Pues yo ahora estoy viviendo de ese plan B que tenía siendo empleado, pero he visto la dura realidad, de los que se quedaron fuera de mi nómina de mi antiguo empleador, solo esperando a que los llamen de otro lugar de trabajo.
¿Y tú, eres independiente? Si es tu caso, me cuentas debajo que has aprendido en este tiempo. De cualquier modo, seas independiente o no, espero que hayas aprendido un poco con la experiencia que te comparto aquí.
Imágenes por ShutterStock, artista Tomnamon