En mi experiencia muy reciente, es bien difícil tomar algo de vacaciones, o una licencia médica, si trabajas como independiente.
Hace dos semanas, estaba de viaje. Primero de “trabajo” y luego, tres días de turismo. Esta semana, me recupero de una cirugía menor. Si fuese empleado, estuviera aprovechándome de una licencia médica de quince días. Pero, no lo soy, y en cambio estoy escribiendo este artículo.
Para esta no disponibilidad programada, me preparé mucho mejor que para las vacaciones de hace dos semanas. Eso sí, aprendí a la mala. Mientras tenía el viaje para una conferencia de marketing en redes sociales, con condiciones menos favorables para trabajar, la demanda de atención de mis proyectos más grandes, por correo / chats, no bajó. Fue como si no me hubiera ido, o como si no la tuviera más complicado para atender los mismos asuntos.
En esos días, no vi adecuado decirle a mis clientes, esos que tienen la confianza como para escribirme por whatsapp para temas breves de trabajo, algo como: “estoy fuera esta semana y atiendo lo tuyo a mi regreso”. No sé, lo vi como algo que era responsabilidad mía. Por eso, los primeros días del viaje me la pasé cansado porque tuve que trabajar algunas cosas “de casa”. Como estábamos en grupo, si pude disfrutar del lugar (2 ciudades de Ecuador, que no conocía) y los últimos días, tuve que sentarme a trabajar con un intermitente internet de hotel, cuando en la agenda me tocaba pasear en La Candelaria de Bogotá.
No disfruté igual mi viaje de turismo. No le pude dedicar el 100% de mi tiempo. E igual me pasó cuando tomé mi otras “vacaciones” del año, en abril. Y lo que aprendí de esta última experiencia, es que depende del tipo de trabajo o proyectos que gestionas, y cómo decides manejarlo. Comprendí que si el trabajo pendiente me persiguió aun estando de viaje, es porque yo permití que fuese pendiente.
Habían cosas que tomaban tiempo para analizar, diseñar o desarrollar, y por H o por R, no las había completado cuando abordé el primer avión. Ese tipo de trabajos o proyectos, más demandantes pero con mayor valor para el negocio de tus clientes, son cosas que debes resolver antes de una vacaciones o licencia. Hay otro tipo de cosas, pequeñas, menudas, que siempre estarán ahí, pero que casi siempre, pueden esperar a que estés hábil para responder, y que no te toman tiempo.
Son el tipo de cosas que se manejan por whatsapp: una respuesta breve de “Si”, “No”, “Hay que hacer esto”, etc. Las estoy recibiendo ahora mientras estoy en esta especie de recuperación médica, pero son muy manejables. Para mí, fue esencial que a mi regreso hace dos semanas, me dedicara a finiquitar esos trabajos pendientes, para dejarlos listos o corriendo, en esta segunda etapa inhabilitado. Y me está funcionando mientras estoy “con las 4 gomas pa’rriba”.
Con esto ya sé que para mi próximo viaje, sea de trabajo o turismo, debo prepararme mejor. Todo trabajo que necesite más de 10 minutos en resolverse, debe estar ya hecho y acordado cuando me vaya. En mi caso: campañas de anuncios, documentos entregables, análisis de plataformas, etc. Todo lo que tuve que hacer en mi último viaje, y que igual tuve que entregar no en las mejores condiciones de trabajo (internet lento, conflictos con la agenda que nos habían preparado, cansancio de viaje, etc.).
¿Es esta preparación, exclusiva de los trabajadores independientes o freelances? No. Recuerdo el trauma que era la semana antes de irme de vacaciones, cuando era empleado. Sabías que no ibas a tener que trabajar, pero tenías que entrenar a otro, para que en 2-3 semanas, hiciera un trabajo del que te habías adueñado. Y si, creo en los planes de sucesión laboral, pero creo que cada quien desempeña el mismo puesto, a su manera. El punto es, que siempre el día antes de irme de vacaciones, terminaba tarde entre correos y entregables. Un esquema muy similar ahora.
Antes pensaba en la tranquilidad mental de “cero pensamientos de trabajo”, cuando estás de vacaciones. Ahora, como independiente, no me parece tanto. El cerebro no deja de pensar en tu emprendimiento, lo que puede cansar es el tiempo que le dedicas. Por eso si creo que te puedes ir de vacaciones o licencia, y hacer un poco de tiempo para tener mensajes o llamadas breves. Es inevitable cuando el negocio parcial o totalmente depende de ti.
Pero como el tema me agarró por sorpresa, no me vi tan bien en mi viaje pasado. Me chocó tanto que le pregunté a mis dos compañeros, sobre cómo lo manejaban. Bruno, que dirige una agencia, me comentó que la mitad de las cosas la delegó, y otras, las respondió rápido. Pablo, que no dejó de trabajar durante el viaje, me dijo que en sus vacaciones anteriores, se programó para responder los correos y llamadas en las noches. Al estar de viaje en Europa, el cambio de horario el favorecía.
Aprendí con esto que si más que independiente o freelance, tienes empresa, puedes delegar, y con eso, viajar o enfermarte sin preocupaciones de tiempo de trabajo. Pero, en mi caso no veo el esquema de empresa en un futuro cercano, todavía no encuentro cómo desarrollarlo; por eso, no puedo todavía delegar. Lo que si pude hacer, ante mi esperada licencia médica, es dejar la mayoría del trabajo listo, para poder recuperarme con tranquilidad.
Por otro lado, el consejo de Pablo va más en la línea de algo que ya había pensado, y que sé es un concepto aplicado por Luis Miguel, otro amigo independiente que lleva meses viajando. Si puedes trabajar remoto, los viajes se prestan para que combines sesiones de trabajo, con salidas y paseos de turismo. Si eres independiente, esto te sale más rentable y placentero, versus comprimir el tiempo de viaje, para que el trabajo no te espere tanto.
Esa relación de rentabilidad, no la he demostrado cuantitativamente, pero si me sirvió en abril, para aceptar con paz que si volvía a Buenos Aires, sería en ese plan.
¿Y tú, qué opinas de esto?
Fotografía por gratisography.com