Si opinas en tu cuenta personal de redes sociales sobre algo de tu trabajo, ¿te expones a quedar sin empleo?
El tema de este artículo es muy de estos tiempos, una novedad que afecta en especial a aquellos que trabajan en las empresas “grandes” o simplemente de gran presencia, o a los suplidores / asociados de estas empresas. El hecho de estar en redes sociales y brindar una opinión que tenga que ver con tu empleo, aún cuando lo hagas desde tu cuenta personal, siempre ha sido para mí un tema espinoso, donde algunos usuarios se exponen más que otros, y, donde según me cuentan, algunas compañías controlan más que otras.
Quiero aprovechar lo sucedido esta semana, un caso público de una tuitera en aprietos, por haber publicado en su cuenta personal algo sobre los “clientes” de su trabajo, para hablar del tema de la “libertad de expresión” de empleados en las redes sociales. Pretendo analizar los distintos niveles y escenarios que existen, y cómo realmente no se ha escrito un libro sobre lo que está correcto o no.
Tal vez han sido muy sonados los casos de empleados despedidos por faltas graves, al publicar algo en redes sociales, pero hoy no todo es binario, ni blanco o negro. Hay un área gris en la cual tal vez te puedas encontrar, de tener tus dudas sobre si tuitear o comentar en facebook sobre algo negativo de tu trabajo, sus suplidores o clientes, aunque sea cierto, te pueda hacer perder tu empleo.
Un caso real: empleada sancionada por tuitear “la historia detrás”, en perjuicio de periodistas
Esta semana llegó a mi TL de Twitter una noticia interesante, que puede suceder en cualquier ciudad de cualquier país del mundo, la cual trataré de resumir en lo siguiente:
• La Dirección de Comunicaciones de la Rep. Dominicana, lidereada por Roberto Rodríguez Marchena, dispuso nuevas órdenes con relación al acceso que tendrían los periodistas hacia las zonas del palacio de gobierno distintas a la sala de prensa.
• Los periodistas de distintos medios, como era de esperarse, hicieron de esto una noticia, alegando que anteriormente (por años y años) habían tenido libre acceso dentro del palacio de gobierno, y que esta medida entorpecería su trabajo. Se quejaban y cuestionaban la decisión. El director Rodríguez Marchena pudo responder, pero parece que al mensaje le sobró diplomacia, ya que parece que algunos periodistas insistían con sus reclamos.
• La joven Mabel Lemoniel, empleada activa de la Dir. de Comunicaciones de Rep. Dominicana (DIRCOMRD en lo adelante), le habría respondido a alguien desde su cuenta de Twitter (ahora privada) que a los periodistas se les informaba con tiempo sobre cuándo y dónde debían estar para las ruedas de prensa. Que fuera de eso, se dedicaban a estar en los pasillos del palacio presidencial para estorbar con cosas inútiles como hablar de novios, libros de Coelho, aglomerarse y empujar a los demás, entre otras cosas.
• Alguien se enteró de estos comentarios, llegaron al director de Comunicaciones ( no sé si es su jefe inmediato o no), el cual comunicó a la prensa, que la joven sería sancionada por sus comentarios en Twitter y que lo dicho por ella no era el pensar del departamento. Debajo un video con parte de la historia:
Aunque fue de su cuenta personal, ¿se trató esto de un descuido o indelicadeza?
Yo particularmente no conozco a Mabel Lemoniel, asumo que es un tuitera con intereses apasionantes (deportes y política) que gusta de dar su opinión a través de más de 150 mil tuits producidos por su cuenta personal (no laboral). Viéndolo en contexto, quiero asumir que lo que dice es cierto, después de todo, ella trabaja ahí, sabe cómo se manejan las cosas en su lugar de trabajo. Incluso, cuenta Darío Martínez Batlle en su post sobre este mismo caso, que en su experiencia hace 6 años, observaba en el Palacio Nacional algo muy similar a lo indicado por Mabel.
Con relación a los tuits de la joven Lemoniel, ella respondió o aclaró lo que muchos preguntaban, brindó una luz que ningún otro dió, lo cual desde varias perspectivas, es compartir contenido útil, y seguro le sirvió de desahogo. Se trataba de algo con lo que ella vive a diario, su trabajo, pero tal vez su pasión fue demasiada. No digo que estuvo mal haber tuiteado eso, pero yo no lo hubiera hecho. Lo digo porque ella emitió una opinión, negativa, en redes sociales (aunque sea en su cuenta personal), en base a una información a la que tenía acceso gracias a su trabajo, y que se refería directamente a un cliente o asociado.
Si bien ella no tuitea en nombre de la DIRCOMRD, de alguna manera, aunque no quiera, la representa, y eso pasa con todos los que sean empleados y emitan comentarios en las redes sociales. En su caso, se puede percibir que si así piensa un empleado de los periodistas que cubren el palacio del gobierno, así se piensa dentro de la dirección de manera parcial o tal vez total. Algunos pudieran verlo incluso como que ella respondió la pregunta que le hacían a la cuenta oficial de su trabajo. Los afectados no deben asumir tan a la ligera, pero igual eso es algo que no se puede controlar; tampoco le ayudó el haber brindado tanto detalle tan explícito, pero asumo que alguien que trabaje en comunicación pretende precisamente eso, comunicar efectivamente.
Ahora bien, ¿el mensaje fue tan escandoloso? Problamente no. Volviendo al post de Darío, se menciona algo que comparto, y es que esta situación no tiene méritos para ser noticia. Particularmente pienso que es algo inflado, abultado, otra muestra del periodismo mal hecho que se hace localmente, y lo peor, una muestra de cómo la prensa abusa de su propio medio para hacer pataletas y manifestar su punto. El caso de los tuits de Mabel y su posterior sanción sonó porque mencionaron a los periodistas. ¿Le pusieron la sanción porque tenía notoriedad y había que calmar la prensa? Probablemente. ¿Que la sanción sea un “bluff” a los periodistas y no se haga efectiva? Ojalá.
Twitter como medio ayuda a compartir opiniones, pero como vemos en caso como este, se convierte en un arma de doble filo. De repente no somos tan libres en las redes sociales, no si queremos conservar el empleo.
¿Hay un manual o escrito sobre lo que un empleado puede opinar en redes sociales?
Lamentablemente, o hasta que yo sepa, no hay una ley universal escrita sobre esto. Cada empresa tiene su propio librito, y si algunas tienen reglamentos de empleados o códigos de ética, seguro menciona algo sobre nunca emitir opiniones públicas que perjudiquen la imagen de la empresa o marca.
Pero esto, realmente es muy subjetivo, ya que yo puedo pensar los siguientes escenarios:
- “Los servicios de mi empresa no sirven”; “Mi empresa se maneja muy mal con esto”; “No vuelvo a consumir el producto X de la marca en la que colaboro”. Esto es sentido común, si en redes sociales opinas algo así, realmente no ayudas a tu empresa, la que te paga. Nuevamente, los que han trabajado o se han relacionado con empresas grandes, ya conocen esta regla por defecto, aquí entiendo no hay dudas.
- “No soporto la gente bruta” ; “En mi trabajo debo lidiar con gente bruta” ; “Me molesta tener que atender tantos clientes/suplidores brutos”. Son 3 niveles distintos, manifiestan prácticamente el mismo sentimiento, pero creo que son sujetos a interpretación si afectas o no a tu empresa / marca.
- En el caso de los asociados, decir “La empresa ACME no funciona bien” o “Detesto trabajar con los vagos de XYZ” tampoco están muy claros. Aquí usas las redes sociales no para hablar mal de tu marca, pero si de un socio, la misma confusión siento con “Particularmente no recomiendo a ACME, prefiero comprar otra marca” o con “Mi herramienta ACME no sirve para nada.”
- Volviendo a un tema más común, ¿está bien tuitear o publicar sobre algo que se sabe la empresa hizo mal ( o pudo haber hecho mejor)? O tal vez no fue algo grave, es solo un caso digno de opinión, miras todo un chateo de amigos en Facebook y Twitter, ves que hay alguien confundido, y tú lo aclaras con un dato que asumes no es confidencial, pero que no ha sido ivulgado por la empresa (que no lo divulga todo obviamente). Tal vez quieres dejar saber tu opinión, que como empleado tiene mayor validez, pero ¿cómo sabes si alguien la puede malinterpretar?
- Por último, están los casos de los desahogos laborales en redes sociales, empleados que manifiestan una frustración o insatisfacción dentro de su empleo. ¿Tienen derecho a hacerlo en su cuenta personal? ¿Es algo humano o nunca deben publicar algo que manche la imagen de la empresa? ¿Importa el nivel de detalle que se brinde?
Particularmente yo he estado o conozco de varias personas con disyuntivas como estas, y en cierto modo, mientras más conocida sea la marca y/o más se hable de ella, se presentan mayores oportunidades para opinar y para poner en riesgo tu empleo. El mensaje tiene mas lectores, mayor chance de ser malinterpretado. Cualquiera puede irse por el camino seguro, el de nunca opinar en redes sociales sobre cualquier tópico remotamente laboral, pero tal vez en algún momento se sienta demasiado restringido y le entra la bella idea de la libertad de expresión.
Hay distintos niveles, escenarios y detalles en los cuales una opinión personal en redes sociales pueda verse como perjudicial o no para tu empleador, y las reglas definitivamente no están escritas. Creo que en el caso de cada quien, combina la lógica (analizar si el contenido perjudica de manera directa a la marca), ¿qué tanto deseas conservar su empleo y cuál es la voluntad de despedir que tengan los jefes?
Claro, a veces la gente no piensa que hace algo mal cuando emite una opinión en internet, y en esos casos seguro consideran que es una gran injusticia un despido por esto ¿pero cuántos quieren arriesgarse por hacer uso de su libertad de expresión? Por supuesto que cualquiera pudiera irse a un tribunal laboral confiado en que ganará un caso de este tipo, pero practicamente todos evitan esta medida. En Estados Unidos, donde los latinos percibimos que se demanda por todo, hay varios casos antigüos de despidos por facebook, pero se reporta poca cosa reciente. Hay un caso muy sonado, de comentarios sobre ambiente laboral en Facebook, que le costó el empleo a 5 personas, pero al final les dieron la razón.
Se entiende que tu cuenta es personal y que no representas a tu empresa, pero de cierta manera, se mezclan las cosas y es fácil confundir tu opinión propia como una de la empresa que te paga. Pero una regla se puede interpretar de miles maneras: si yo digo que un artista, que casualmente mi empresa le patrocina un evento, es muy malo, ¿le hago un daño a la marca? ¿Se puede confundir mi opinión con la de mi empresa? Retomando el caso de Mabel Lemoniel, veo que hay cierto parentezco: ella compartió su opinión sobre un grupo de personas con los que su empleador colabora.
Con las redes sociales ahora todos tenemos capacidad de emitir opiniones personales, MUY públicas. Tal vez antes las marcas se cuidaban de que quién hablar con los medios tenga la capacidad para representar a la empresa, ¿pero qué pasa ahora que todos tenemos derecho a publicar en una red de libre acceso y gran audiencia?
¿Alguna conclusión de este caso de opiniones en redes sociales?
Entiendo que al no haber un manual o libro universal sobre qué puede opinar un empleado en las redes sociales, no puedo concluir una guía de reco0mendaciones, aunque si puedo motivarte a hacer tu propia reflexión. Cada caso es distinto, por el tipo de empleado, el contenido, la empresa y su imagen; hay algunos a los que fácilmente le podemos aplicar el sentido común, a otros no tanto.
Lo cierto es que las redes sociales seguirán ganando más usuarios, y más empleados querrán compartir más información que en algún momento pueda ser de tipo laboral. El internet y el social media seguirá evolucionando y nuevas reglas se irán creando, pero por el momento, hay que esperar que otros sean lo que definan los límites de la libertad de expresión en medios digitales.
Creo que como empleado (o supervisor), debes incentivar y propiciar el libre diálogo sobre este tema, lo que es sano y libre de culpa para mí tal vez no lo sea para ti. Twitter por ejemplo es un medio muy rápido, pero algo me dice que la gente lo piensa al menos 2 veces para tuitear algo que tiene que ver con su trabajo. Tener de antemano una idea de qué la empresa no considera como aceptable, será de beneficio de ambos lados.
Yo particularmente analizo y defino cómo publicar en internet y redes sociales cualquier comentario que tenga implicación con mi empleador o clientes, pero es mi criterio versus el de otro que entienda que lo hago mal. Claro, todas las marcas quisieran que los empleados y socios no comentaran sobre nada potencialmente negativo, pero cada vez tienen menos control sobre esto. Apostar a una sanción, correctiva, en lugar de orientación preventiva, parece la norma hoy en día, aunque no sea la mejor.
¿Qué opinas tú de esto? ¿Crees que hay niveles o que un empleado simplemente debe abstenerse de opinar?